CELAYA, Gto.- La tarde de este viernes se llevó a cabo la oración del Rosario Viviente por parte del obispo de Celaya, Mons. Víctor Aguilar Ledesma, quien invitó a los celayenses a unir su corazón con la Virgen de los Dolores para alcanzar la paz en Celaya.
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“Debemos unir nuestro corazón con la virgen María para terminar con tanta violencia, extorsión y todos aquellos males que causan dolor a las familias, pues muchas de ellas han perdido a muchos de sus seres queridos”, expuso el obispo.
Dijo que debemos unirnos en todo aquello que favorece la unidad de nuestro pueblo, y es precisamente nuestra fe en Cristo la única que puede acabar con los males que aquejan y adolecen a nuestra sociedad.
Ante ello, pidió a los presentes orar por la conversión de todos aquellos hermanos que se dedican a causar dolor y daño en la sociedad, pues necesitan acercarse a la iglesia para vivir todos en armonía como una gran familia.
La oración del Rosario Viviente inicio en el área de descarga del Mercado Hidalgo, donde colocaron un altar dedicado a Nuestra Señora de los Dolores, para después continuar con una peregrinación en los altares de la tienda La Guadalupana, después Mercado Hidalgo, el templo del Carmen y la Catedral, justo a las afueras del mausoleo a Francisco Eduardo Tresguerras.
En los altares se colocaron varios símbolos, cómo el agua de colores que representa las lágrimas derramadas en la Pasión o la sangre derramada por la salvación, mientras que las flores llaves son la solidaridad y el consuelo que los fieles brindan a la Virgen Dolorosa.
También colocaron naranjas agrias con banderitas de papel que aluden a Eva, quien pecó al probar la manzana, fruto prohibido, y evoca a la Virgen que venció el pecado al aceptar el sufrimiento, mientras que las banderillas son festivas y mitigan el dolor, además de representar el triunfo de Cristo.
Las yerbas olorosas significan hacer menos penoso el camino de la Virgen y la flor de manzanilla fresca, parecida a la margarita, rememorar al sol y es una planta medicinal que alivia el dolor.
Por otra parte, el trigo germinado representa el cuerpo de Cristo hecho pan. De acuerdo con la tradición cristiana, se pone a germinar en la obscuridad para que nazca de color amarillo, pues se evoca al ocultamiento de la naturaleza divina de Cristo.