Primero las encuestas… para decidir
Arrancaron los procesos electorales del Estado de México y Coahuila, candidatos ya hay, ninguna novedad en el caso del MORENA, como nos podríamos imaginar el primer ingrediente de la decisión para nombrar a los candidatos está siendo en el marco de la corrupción que afecta internamente a los dirigentes y los propios candidatos.
¿Cómo le pueden explicar a los ciudadanos que las denuncias contra la señora Delfina son ciertas, tienen fundamento… pero que mientras sea candidata y, si llega a ser gobernadora, no lo volverá a hacer?
¿Cómo les explican a los votantes del estado del norte del país que el candidato Guadiana tiene todos los antecedentes de corrupción, de “negocios chuecos”, de contratos turbios pero una vez que gane la elección y sea gobernador, si es que gana, ya no va a tener esas malas costumbres…
Parece que en el MORENA se han propuesto perder las elecciones en los dos Estados, la resultante de ser obedientes de las decisiones del inquilino del palacio los está llevando a necedades y aberraciones que ellos mismos no logran comprender.
El dueño del MORENA decidió que los candidatos se elijan por los resultados de encuestas contratadas por la dirigencia del partido y obligando a firmar documentos de aceptación, por supuesto antes de que se ordenen la realización de las mismas. Una vez que se realizan, el compromiso es aceptar el resultado sin discusión o salirse del modelo y poner la tienda enfrente, aunque sea con un partido aliado (está por verse).
Los otros procesos, estarán decidiéndose de la misma manera, así que no nos deberá de extrañar que se incrementen los conflictos internos, no solo de este partido, de todos los que entren a la contienda.
Pero vendrán los procesos del 2024 y parece que la fórmula mágica es hacer encuestas, así que los meses que vienen y hasta que hayan transcurrido los procesos electorales estaremos viendo encuestas por todos los medios y en todas las redes sociales, ya estoy viendo a los influencer’s compartiendo en sus plataformas los resultados de encuestas y hasta explicando sus contenidos.
Puede ser que tenga su parte positiva… cada día más mexicanos se estarán interesando por las investigaciones de campo, la encuesta en redes sociales, los diseños de las muestras, si son representativas, las medidas de tendencia central, el margen de error, el grado de confianza, la validez de los instrumentos de medición… sin duda que será una contribución al conocimiento de la estadística y en la medida de lo posible de las matemáticas aplicadas al comportamiento electoral de los ciudadanos mexicanos.
Pero para estos intereses académicos no hace falta poner en riesgo al país, las encuestas no sustituyen las decisiones, solo son un insumo muy importante, si se saben hacer, para la toma de decisiones de todos y cada uno de los ciudadanos, no sólo de los dueños de los partidos o de los que tiene la responsabilidad de dirigirlos (aunque en ocasiones se comportan como dueños).
La realidad es que tener encuestas en manos de un autócrata, no lo acerca a un perfil demócrata, solo lo hace un autócrata un poco más informado, si es que sabe interpretar los resultados plasmados en un informe de una investigación sobre modelos de conducta socio-política y no es una herramienta para la manipulación de los informes en función de las decisiones de su conveniencia.
Pero parece un mal generalizado en las direcciones de los partidos, de todos. Si, también los del bloque opositor y cuando bajamos a dimensiones estatales y municipales, siguen refiriéndose a las encuestas, muchas veces, el tema es tener el dinero para pagar la encuesta que se necesita, como si la encuesta fuera a resolver la aceptación o el rechazo de los ciudadanos… cuando en realidad solo es una especie de fotografía del momento político que se está viviendo.
Mientras se “enfrascan” en una batería de encuestas, la opinión pública evoluciona y los aspirantes están preocupados por saber si están (o si siguen en el ánimo) del dueño de la decisión de sus participaciones.
Pero la otra cara de la moneda de esta realidad son los militantes de los partidos y los ciudadanos interesados en participar como actores principales en los procesos internos de los partidos y por ende en los procesos generales. Las estructuras de los partidos están vinculados a los procesos en mayor medida por la relación laboral en las estructuras de gobierno, si están del lado del partido en el poder o bien por la manera como han hecho de sus relaciones e intereses políticos una relación de dependencia laboral. Lamentablemente en los partidos hay una militancia que está ocupada de hacer lo políticamente correcto (para disminuir el riesgo de ser borrado de la nómina).
La encuesta es el mejor pretexto para mantener el status en sus respectivos partidos y no llamar la atención del que toma las decisiones, es decir, del que paga las encuestas, es decir, del que, a través de los reportes de una encuesta, dicta sus decisiones y “alinea” a los que piensan diferente.
Con reportes de investigación social se está sustituyendo la participación ciudadana, la participación en las organizaciones políticas y una vez alineados se les pueden llamar acuerdos democráticos.
Sin duda que es apremiante la participación organizada de la sociedad en las opciones opositoras al desastre que representa para el país tener gobernantes que no se atreven a diferir del autócrata inquilino del Palacio Nacional; pero también se requieren militantes de los partidos del bloque opositor que se rebelen y se atrevan a diferir de los que actúan como dueños de la decisión colectiva.
Se requieren militantes de los partidos opositores que estén bien informados, dispuestos a hacer vales su visión, su punto de vista y desde luego su decisión. Las encuestas no suplen a las asambleas, a los congresos, a las votaciones internas de los partidos. Las encuestas sólo contribuyen a tener una decisión mejor informada.
Por lo pronto, las encuestas entre las corcholatas del presidente López y los militantes del MORENA ya no están resultando el instrumento indicado para someter a su decisión la voluntad de los interesados. También pasa lo mismo a otra escala, en estados como Guanajuato, donde la militancia panista ya no es importante, lo importante es que el militante esté en la nómina y se someta a que el “elector “decida quien se mueve, a quien promueve y como… no tardará la reacción de rebeldía de militantes que se acuerden que pertenecen a un partido que nació como instrumento democrático y hoy es una simulación…
No tarda en que la participación ciudadana y la recuperación de la vida democrática al interior de los partidos genere cambios sustanciales en las organizaciones políticas del país, en sus propios actores y desde luego que vendrán nuevos actores, que hoy no se ven, ni en las encuestas.
Se está agotando el tiempo de hacer lo “políticamente correcto”. Que en realidad es lo políticamente indeseable.
Este último párrafo lo tome del libro de Cayetano Álvarez de Toledo:
Solo cuando los políticos digan lo mismo en público que en privado
Cuando se reconozca la degradación del oficio
Retratados en el espejo de los hechos
Solo entonces seremos capaces de
Rescatar la democracia de las
Mandíbulas del populismo.
Vienen mejores tiempos para la política de México.
Hasta la próxima en PROSPECTIVA.
José Gerardo Mosqueda Martínez, Presidente del Instituto de Administración Pública de Guanajuato
gmg@gerardomosqueda.com.mx