En los últimos días se han realizado declaraciones preocupantes, en el juicio que se celebra por narcotráfico contra el extitular de la Secretaría de Seguridad Pública, Genaro García Luna, el exfuncionario mexicano más alto que haya sido juzgado por narcotráfico en los Estados Unidos. García Luna fue secretario de seguridad en el período del expresidente Felipe Calderón.
Se han presentado testimonios por parte de la Fiscalía, como el de Sergio Villarreal Barragán, mejor conocido como “El Grande”, Policía Ministerial del Estado de Coahuila en donde desempeñaba funciones públicas y fue entonces cuando nació la relación con el Cártel de Reynosa. Durante su gestión tuvo nexos con otros carteles como el de Juárez, el del Golfo, Los Zetas, y con el Cártel de Sinaloa. “El Grande”, testificó que estuvo presente en sobornos millonarios que el capo Arturo Beltrán Leyva le entregaba a García Luna, con la finalidad de que permitiera el desarrollo de sus negocios en el territorio nacional.
El pasado martes, un nuevo testimonio por parte del ex fiscal del estado de Nayarit, Edgar Veytia apodado “El Diablo”, quien fue condenado también por narcotráfico de drogas en Estados Unidos en 2019, y sentenciado a 20 años, sorprendió a todos con su declaración en la que habla sobre una reunión entre García Luna y el expresidente Felipe Calderón Hinojosa, en donde se le habían dado instrucciones de apoyar a Joaquín Guzmán Loera, el líder del Cártel de Sinaloa, más conocido como “El Chapo”; lo que por consecuencia nos hace suponer que el expresidente tenía conocimiento de todos estos actos de corrupción que se estaban llevando bajo su mandato; si bien esto debe de ser probado, lo alarmante es el poder que tiene el narcotráfico en el país, está arraigado hasta las entrañas, y en los más altos niveles de gobierno.
Sin importar el partido que esté o haya gobernado, lo cierto es que en todos ha ganado terreno, apoderándose del país y debilitando a cada gobierno por su incapacidad para hacerle frente.
El narcotráfico está obteniendo enormes ganancias, apoyados por los mismos funcionarios de gobiernos; hemos visto múltiples casos en los que la misma policía los apoya y los defiende, inclusive la misma población. Siendo este un aspecto social que afecta más a personas con escasos recursos y educación limitada, quienes pasan a formar filas de los narcotraficantes, con la finalidad de salir de la pobreza existente.
Lo primordial es poner solución a este problema desde los más altos niveles, que como se ha comprobado con García Luna, el narcotráfico está inmiscuido el mismo gobierno, mostrando lo contaminado que están los más altos niveles, lo que no permite que se pueda frenar esta situación que tiene al país en jaque, en donde el panorama actual del Estado, en su lucha por mantener el poder ante el crimen organizado, ha perdido fuerza, control y legitimidad. El narcotráfico es una fuerte amenaza a la seguridad nacional y pública en el país, en donde los discursos no bastan, los hechos son los que necesitamos para que de una vez por todas se termine este cáncer que tanto aqueja a nuestra nación.
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