Salamanca; Gto. (OEM – Informex). Dispuesto a alcanzar la cima del mundo como parte del proyecto llamado “Cordada a Obscuras”, Rafa Jaime Jaramillo, alpinista mexicano invidente nacido en Salamanca, Guanajuato, ha iniciado travesía tras la conquista del pico más alto del mundo, la cima del monte Everest.
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Rafa Jaime Jaramillo nació el 24 de junio de 1988 en Salamanca, Guanajuato, sin embargo, por situaciones de trabajo de su papá se tuvo que ir a vivir a la ciudad de Durango, donde ha practicado el deporte toda su vida hasta convertirse en el primer triatleta invidente en México, primer Aironman invidente de Latinoamérica y ahora primer alpinista invidente mexicano que busca llegar al pico más alto del mundo.
“Mis orígenes están acá (Salamanca), mis papás y hermanos somos de acá, por situaciones de trabajo de mi papá nos tuvimos que ir a vivir para allá”, comentó en entrevista sostenida con el ahora ex titular de la CODE Guanajuato, Isaac Noé Piña Valdivia.
El deporte se volvió su aliado tras perder la vista totalmente
Desde pequeño, Rafa Jaime, fue una persona inquieta, kinestésica, sus papás siempre buscando actividades que le llevaron a despertar en él las ganas de divertirse, conocer y buscar en que era bueno o no, poco a poco todo ello le fue dando esa disciplina y estilo de vida que ahora le tiene tras la conquista del Everest.
El alpinista invidente mexicano, nació completamente sano, sin embargo, a los cinco años de edad pierde la vista de su ojo derecho, le pusieron una prótesis, trece años después, por azares del destino regresó el cáncer, ahora en el otro ojo, quedando invidente a los 18 años de edad.
Fue un momento complicado donde su último recuerdo visual fue el rostro de su madre, a partir de ahí cambio por completo su vida.
Durante su adolescencia él había logrado practicar el futbol, basquetbol y béisbol, e incluso había representado al estado de Durango en diversos torneos.
Cuando queda totalmente ciego, Rafa Jaime, buscó actividades que mantuvieran su cabeza tranquila, a pesar que llevaba una vida activa con sus estudios o trabajo, él sabía que esto lo debía compaginar con alguna actividad que mantuviera su mente ocupada, el deporte se convirtió en su gran aliado.
Luego de vivir momentos de incertidumbre por no saber que haría de su vida, comenzó a practicar el atletismo, participó en 100, 400 y 800 metros planos, llegó a competir en paralimpiadas, posteriormente buscó otros deportes y actividades que le llevarán a desarrollar el resto de los sentidos (olfato, tacto, gusto y oído), a falta de la vista.
Por lo anterior se acercó al gimnasio, practicó el box, la natación e incluso las artes marciales mixtas, todo ello le ayudó a llevar sus sentidos a otro nivel.
Posteriormente a todo ello, entró al triatlón, ahí un 13 de julio del año 2013 se convirtió en el primer triatleta ciego en la historia de México nadando 1.9 kilómetros, 90 en bicicleta y 21 kilómetros corriendo, un famoso 70.3.
A través de ahí siguió explorando, hizo Ironman y carreras pedestres de Ultradistancias por la montaña, todo esto bajo un mayor grado de complejidad y preparación para él.
De esta manera, también se convirtió en el primer deportista de Latinoamérica en completar un Ultraman, 10 kilómetros nadando en aguas abiertas, 412 kilómetros en bicicleta y 84 kilómetros corriendo por 36 horas.
Antes de conocer su pasión por las montañas participó en eventos deportivos como el UltraMX 515, Ironman Texas Memorial Hermann Championiship, maratón de la ciudad de México en 2019 y el maratón de Sables de 250 km en el desierto del Sahara.
Se ha propuesto conquistar los siete picos más altos del mundo
En medio de este contexto descubre el montañismo, subió el Iztaccíhuatl apoyado de la mochila de un amigo, ahí conoce a Omar Álvarez, su actual guía, tiempo después emprende con él el proyecto llamado ‘Cordada a Obscuras’, equipo de Alpinismo de alto rendimiento que viene atado a través de una cuerda.
Dedicado cien por ciento al Alpinismo, comenzó a subir montañas por todo el mundo, abriendo nuevas rutas para personas que no han visto, rompiendo paradigmas sociales y personales e incluso en la cumbre de cada montaña alcanzada, se ha dado a la tarea de colocar una bandera tachada con el signo de la discapacidad –una silla de rueda con una persona sentada- enviando desde lo más alto de la cumbre ese mensaje, la discapacidad es más una condición de pensamiento y emoción, que física.
La pasión desarrollada por el alpinismo, llevó a Rafa Jaime y Omar Álvarez, a proponerse conquistar los siete picos más altos del mundo. Primero lo hicieron con el monte Aconcagua, en Chile, con 6,961 metros sobre el nivel del mar en 2020.
Después fue el monte Elbrus, el pico más alto de Europa ubicado en Rusia, con una altitud de 5,642 metros. Luego subieron el Kilimanjaro en Tanzania, el pico más alto de África, con una altitud de 3,962 metros sobre el nivel del mar y posteriormente el monte McKinley o Denali en Alaska, con una altitud de 6,190 metros.
Inicia expedición tras la conquista del pico más alto del planeta tierra
Ahora, van por un reto que consta de poco más de dos meses de travesía, el Monte Everest, con una altitud de 8,849 metros sobre nivel del mar, lo cual implica enormes retos tanto físicos como mentales.
Se trata de una expedición en la que enfrentarán la cascada de hielo del Khumbu, la pared del Lhotse y el escalón Hilary, en la llamada ‘zona de la muerte’.
Por lo anterior, ambos volaron el pasado tres de abril hacia Nepal, en donde se ubica la cara sur del Everest, ahí iniciaron el ocho de abril la expedición y proceso de aclimatación del cuerpo a las condiciones de la travesía. Prevén que la ventana de ascenso pueda abrirse entre el 8 y el 20 de mayo; de llegar a ondear la bandera de México en la cima del Everest serían el primer equipo de Iberoamérica en cumplir esta hazaña con un alpinista invidente.
La hazaña es parte del Seven Summit y la meta es completar las siete cumbres más altas en 2023. Les faltaría el monte Carstensz, en Oceanía (4,884m) y el Vinson-Massif en la Antártida (4,892m).
Para el alpinista, Rafa Jaime, esta nueva travesía se trata de un reto único que le hará más fuerte en todos los sentidos, donde además tendrá la oportunidad de acercarse al cielo y darle un beso a su madre que le cuida desde allá arriba.
Y es que la mamá de Rafa Jaime, falleció tres días antes que él regresara del monte McKinley o Denali en Alaska, sin embargo, le hizo una promesa, llevarla a lo más alto del mundo, travesía que ha iniciado inspirado en el amor y último recuerdo visual que tuvo de la mujer que le dio la vida.