La elección presidencial de Brasil se definirá en una segunda vuelta entre el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva y el actual mandatario, Jair Bolsonaro, luego de que ninguno alcanzara el 50 por ciento necesario para hacerse con el cargo en la jornada de este domingo.
De acuerdo con el Tribunal Superior Electoral (TSE), tras haber sido escrutado el 99 por ciento, el expresidente Lula obtuvo el 48.3 por ciento de los votos válidos, frente al 43.2 por ciento de Bolsonaro. La abstención fue del 20.94 por ciento, ligeramente superior al dato de hace cuatro años (20.3 por ciento).
“Vamos a ganar las elecciones”, afirmó Lula en un discurso en un hotel de Sao Paulo ante correligionarios y periodistas.
El líder del Partido de los Trabajadores, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, recordó que nunca ganó unas elecciones en primera vuelta y recalcó que mañana lunes comenzará a hacer campaña para conseguir la victoria el próximo 30 de octubre.
“Como mi cumpleaños es el 27 de octubre, tal vez lo reciba de regalo, como en 2002”, señaló el antiguo sindicalista, rodeado de algunos de sus más imporantes colaboradores y de su mujer Rosângela “Janja” Silva.
Lula, a quien las encuestas daban una ventaja de más de quince puntos porcentuales frente a Bolsonaro, terminó la primera vuelta con una ventaja de tan solo cinco puntos porcentuales frente al líder de la ultraderecha brasileña.
No obstante, el líder progresista subrayó que para entender el resultado hay que tener en cuenta su resurrección política, ya que en el proceso de las elecciones de 2018 se encontraba preso por una condena de corrupción que posteriormente fue anulada.
“Para valorar lo de hoy hay que recordar lo que estaba ocurriendo hace cuatro años. Era visto como si fuese un ser humano al que habían echado fuera de la política”, señaló Lula.
Gobernadores de Bolsonaro arrasan
Los brasileños también renovaron este domingo los gobiernos regionales y el Congreso Nacional, pero la composición de la Cámara de Diputados solo se conocerá el lunes.
A nivel regional, el bolsonarismo eligió gobernadores en tres estados importantes –Río de Janeiro, Brasilia y Paraná– y obtuvo un gran resultado en Sao Paulo, el estado más rico y poblado del país, con 46 millones de habitantes.
El resultado más sorprendente fue precisamente el de Sao Paulo, donde contra todo pronóstico, el exministro bolsonarista Tarcísio de Freitas quedó en primer lugar con 42 por ciento, por delante de Fernando Haddad, candidato apoyado por Lula, que obtuvo 35 por ciento en una disputa que se resolverá también dentro de cuatro semanas.
El resultado es todo un revés para el partido de Lula, porque Haddad lideraba los sondeos con holgura y porque demuestra la gran influencia de Bolsonaro en la región, puesto que el candidato a gobernador era poco conocido por el electorado y ni siquiera nació en ella.
En Río de Janeiro, cuna política de Bolsonaro, resultó reelegido el gobernador Cláudio Castro, con el 58 por ciento de los votos, un resultado contundente, muy superior al que vaticinaban las encuestas, y que dobló los votos del candidato apoyado por Lula, Marcelo Freixo.