CELAYA, Gto.- (OEM-Informex).- Para tener una sociedad transformada y en paz, es necesario hacer pequeños actos de bondad, aseguró el Obispo de la Diócesis de Celaya, Monseñor Víctor Alejandro Aguilar Ledesma, y es que dijo, todo ser humano es bueno por naturaleza, por lo que, “aunque sea un narcotraficante, en el fondo tiene algo de bueno, porque son buenos hasta con sus hijos, pueden hacer pedazos a medio mundo, pero a sus hijos no”.
El Obispo detalló que los actos que se requieren para transformar a la sociedad comienzan con cosas sencillas como ayudar a la persona mayor a atravesar la calle, apoyar al pobre, al indigente y al discapacitado sin buscar el propio interés, ceder el asiento, pedir perdón, ser puntual, leal, guardar secretos, entre otras cosas.
El valor trascendental, dijo, es Dios, ya que Él creó al ser humano para ser bueno, pero cuando no se reconoce esto “ser bueno dejará de ser objetivo, porque confundes lo bueno con lo malo”, es decir, para una persona “será bueno matar, pero para ti no. No es que cada uno decida, no es tu percepción, es la verdad, la bondad tiene que ver con la verdad, si no tenemos objetividad con la bondad, tampoco podemos ser buenos”.
“Cuando una persona entiende la trascendencia de Dios, la verdad objetiva, de la bondad que tiene que ver con los valores y que esto te lo va a proporcionar la educación, la cual ayuda al ser humano a sacar lo mejor de sí mismo, entonces ya podremos pensar en una sociedad buena”.
Monseñor Aguilar Ledesma, afirmó que es necesario inculcar los valores desde la familia empezando por los papás, dado que, los hijos aprenden más por imitación, por tal motivo, recomienda que enseñen con el ejemplo a rezar, ir a misa, leer, hacer deporte, respetar a la naturaleza, al prójimo, entre otras cosas.
Porque “si no lo hacemos, cómo van a ser buenos, si nos ven pelear, si nos ven siendo egoístas, si ven cómo hablamos, como nos tratamos. La bondad hay que empezarla a traducir con acciones, con palabras y siendo amables”.
Finalmente, destacó que el valor es la medida del bien que hay en cada uno, el cual debe hacerse presente empezando con acciones pequeñas, a fin de lograr la transformación y la paz que tanto necesita la sociedad actualmente.