¿Cuántas mujeres quedan olvidadas por cada exposición dedicada a la mexicana Frida Kahlo o la francesa Louise Bourgeois?
“Hay que terminar con esa idea de que están representadas igualitariamente en la actualidad”, denuncia la historiadora estadounidense Maura Reilly, de la revista especializada ArtNews.
“El 87 por ciento de las obras albergadas en los 18 museos más grandes de Estados Unidos fueron realizadas por hombres, un 85 por ciento blancos”, dice Katy Hessel, historiadora del arte, citando un estudio de 2019 realizado por la revista Public Library of Science.
Katy Hessel, 28 años, acaba de publicar The Story of Art Without Men (Historia del arte sin hombres), una obra dedicada a las artistas mujeres desde el Renacimiento.
“Actualmente todos los museos prestan atención a la paridad, las exposiciones dedicadas a mujeres artistas se multiplican, la Tate (de Londres) consagra su programación anual a mujeres, pero en realidad están ampliamente subrepresentadas en las casas de subastas”, dice un observador del mercado y las ferias de arte contemporáneo.
Aunque las mujeres menores de 40 años ganan importancia, como demostró el informe Artprice 2022, “en las ventas históricas de Christie’s o Sotheby’s, los récords siguen ostentados en su mayoría por hombres”, agrega
El uno por ciento
En Reino Unido, la Tate está “comprometida desde hace largo tiempo a mejorar la representación de artistas femeninas en su programación y en sus colecciones permanentes”, dice Polly Staple, directora de la colección “Arte Británico”.
De su lado, la Real Academia de Arte de Londres ofrecerá en 2023 y por primera vez en su historia todo su espacio a una mujer: la artista de performance serbia Marina Abramovic.
“Revertir los cánones masculinos que dominan la historia del arte es una tarea desalentadora, pero pienso que los museos asumen ese desafío”, añade la conservadora británica, quien reconoce que aún queda mucho trabajo por hacer.
En 2020 el museo del Prado en Madrid abordó la cuestión con una exposición sobre la figura de la mujer en el arte, que desvela una “ideología” y una “propaganda de Estado sobre la figura femenina”, legado de una “misoginia histórica”, explicaba el comisario de esa muestra, Carlos Navarro.
Pero la iniciativa no arregló la representación femenina en el museo. De las 35 mil 572 obras de la institución, solo 335 (un 1 por ciento) pertenecían a artistas mujeres. Y más sorprendente, solo 84 estaban expuestas al público, mientras que el resto estaba en los almacenes.
La proporción no mejora en los grandes museos parisinos. En el Louvre, sólo aparecen 25 mujeres referenciadas en 3 mil 600 pinturas.
El museo justificó esta cifra “por el periodo histórico cubierto desde la Antigüedad hasta 1848”.
En el museo de Orsay, que en 2019 consagró una amplia exposición a la pintora impresionista Berthe Morisot, sólo 76 obras son de mujeres, contra 2.311 de autores masculinos, indicó la institución.
“Borradas”
Convencida de que “no se puede hacer una historia justa sin archivos justos”, la historiadora del arte francesa, Camille Morineau, fundó la asociación Aware para recoger información sobre artistas mujeres en el mundo.
Como recuerda Katy Hessel, que usó la base de datos de Aware, estas artistas como la renacentista italiana Artemisia Gentileschi, protagonista de una muestra en Londres en 2020, eran en su mayoría conocidas en vida, pero fueron borradas a lo largo de los siglos.
Otras quedaron reducidas al papel de musas como es el caso de la escultora Camille Claudel, cuyo trabajo quedó relegado durante décadas en la sombra del de Auguste Rodin.
“Imaginar que una mujer podía inventar algo fue durante mucho tiempo un tabú antropológico”, estima Camille Morineau.
Ella se encargó de acabar con ese tabú en 2009, cuando era conservadora del Centro Pompidou. Durante dos años se propuso exponer solo artistas femeninas en dos plantas y atrajo a más de dos millones de visitantes.
Fue la prueba de que había “suficientes” obras realizadas por mujeres “en las reservas del museo para contar toda la historia del arte de los siglos XX y XXI”.
Katy Hessel trata de seguir este trabajo a su modo con un podcast que da la palabra a grandes estrellas femeninas del arte contemporáneo, algunas salidas de los países del Sur.
Porque, como señala, si las mujeres artistas fueron dejadas de lado por la historia, aquellas emergidas en otras culturas como la argelina Baya o la singapurense Georgette Chen “nunca formaron parte realmente de la historia”.