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Unidad Estatal de Costos ¿Juez o Verdugo?. Marcos Ornelas – El Sol del Bajío

Ya sea ramo 33 o cuenta pública, el convenir con el estado, ya sea SEDESHU la entidad encargada de socializar las obras, la propia secretaria de Infraestructura, SICOM, o en su caso alguna dependencia como deporte, turismo o alguna otra que estratégicamente sea viable, se ha vuelto un tanto obstaculizada, depende de cómo se vea el vaso, pudiera ser un beneficio en pro de la transparencia y rendición de cuentas o en su caso un paso burocrático más para avanzar en la contratación.

Desde un tabulador de casi 3 mil conceptos utilizados en la obra, que en teoría se actualiza cada trimestre, hasta un análisis de los precios unitarios con un mercadeo, el cual, con las tasas de inflación de hoy, está cada día fluctuando y es complicado atinar el precio actual. Junto con las cámaras y los colegios de todos los involucrados en la industria de la construcción generando un consejo consultivo y dividendo al estado en diferentes zonas para ser mas precisos en sus precios.

Presentaciones y talleres para comprender este sistema que regula cualquier obra, ya sea del fondo que sea, convenida o no, es susceptible de una auditoria que debe estar sujeta a estos precios, los cuales, aún se encuentran en el estira y afloja de los contratistas. Si bien es un aliciente para la ciudadanía que se pueda observar hasta la utilidad neta de conceptos como 1 m2 de banqueta, a diferencia de los procesos que oficialía mayor lleva a cabo y que son más fáciles de inflar sus precios, también es un castigo al no tener forma de hacer una contrapropuesta por parte de los empresarios de la construcción que licitan en la obra de municipios y estado.

Dato curioso, pero no gracioso, es que dentro de los procesos burocráticos para poder contratar la obra, es tener obviamente un proyecto completo, esto conlleva planos, análisis costo beneficio, validaciones municipales o estatales, según sea la especialidad o la raíz del recurso, calendario de obra, y quizá lo más sobresaliente el presupuesto, el cuál debe de estar siempre en base a los precios de la Unidad Estatal de Costos, sin embargo al momento de contratar y solicitar a la empresa su propuesta económica, normalmente nunca están por debajo de estos límites, lo cuál se convierte en un vaivén de propuestas y contrapropuestas económicas.

El arma es de dos filos, uno es que el presupuesto tenga un mayor alcance minimizando los gastos, el otro es que empresas aunque sean de gran confianza o liquidez, resulten ahorcadas por el precio final y que derive en obras abandonadas al no encontrar una salida financiera o en el mejor de los casos una disminución en la calidad de las obras, en cualquier caso es necesario abrir el debate sobre los precios, por lo menos compartir las tarjetas de precios unitarios, sabiendo quienes son los proveedores de material más baratos pero que conserven la calidad y que además puedan suministrar a todo el estado, saber cuáles son los rendimientos de manos de obra y maquinaria y así con toda la información, poder construir el territorio de todos.

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