Ante el debate actual de la ramificación que tendrá el colapso de Silicon Valley Bank, propiedad de SVB Financial Group, y el rescate del gobierno, necesitamos analizar y prepararnos un poco más sobre esto.
Pero al decirlo así, no lo hablo de manera negativa, en el sentido de dejarnos arrastrar por el pánico que otra crisis financiera nos pueda estar esperando a la vuelta de la esquina, tal como lo expresan distintos titulares de la prensa que vienen cubriendo esta noticia.
Más bien, deseo abordarlo desde una mente crítica que nos ayude a comprender y analizar qué perspectiva nos puede ayudar a escapar de ese estrés y ansiedad que puede ocasionar pensar en un desplome financiero global.
Comencemos con un par de preguntas: ¿Puede el gobierno resolver esta crisis financiera?, ¿A quién culpamos por la condición financiera de una nación?.
En relación a la primera pregunta, ya se comienzan a escuchar las opiniones sobre la intervención del gobierno para el rescate bancario, aunque hay más de alguna opinión que ha salido para defender esta intervención gubernamental, hoy quiero enfocarme en quienes han opinado lo opuesto, ya que finalmente de esto último es de lo que menos quieren hablar y necesitamos escuchar si buscamos soluciones de fondo a nuestro frágil sistema financiero.
Una de estas opiniones es de Lawrence Lepard, gerente de inversiones de Equity Management Associates, publicó en su twitter: “El balance de la Reserva Federal es de USD 8.4 billones, pero la base total de depósitos bancarios es de USD 17.6 billones. Si la situación se agrava con otras quiebras, como el posible colapso de Credit Suisse, la Reserva Federal tendría que hacer frente a una suma considerable…
¿La FED (la reserva federal) acaba de convertirse en la FDIC (agencia independiente del gobierno de EUA para proteger a los depositantes de bancos)? ¿Quién asume entonces las pérdidas? ¿No es esto infinito? ¿Los bancos pueden conceder ahora cualquier préstamo sin consecuencias sabiendo que la FED lo comprará si se desploman?”
Este comentario de Lepard tiene todo el sentido, pues muchos enfocan el problema solo en los efectos del momento, sin considerar los efectos a mayor escala que traen estas decisiones morales, sí, pues las finanzas se mueven en bases morales, y esta intervención del gobierno ha negado una lección moral, dado que el banco central y el gobierno federal están interviniendo y reduciendo el problema financiero, esto también alentará a los bancos a asumir un mayor riesgo, como lo dice claramente Genevieve Roch–Decter, directora ejecutiva de Grit Capital:
“Pero, ¿qué pasará con las consecuencias no deseadas?, esto posiblemente les da a los bancos el visto bueno para asumir mayores riesgos con nuestro capital, sabiendo que el gobierno probablemente pagará la factura final”.
¿Te puedes imaginar la magnitud del problema, realmente el gobierno tiene los fondos suficientes para hacer frente al rescate de todos los depósitos bancarios, y si además el sistema bancario no se pone un límite para arriesgar el capital?, pensemos que el gobierno no produce ese dinero para ese fondo, ese dinero depende de lo que produzcan las personas, y lo que produzcan las personas depende de cuánto se les deje ser libres para desarrollar su potencial creativo y cosechar su fruto, pero cuanto más interviene un gobierno en el sistema económico menos permitirá a las personas ser libres para crecer económicamente.
Si a esto le sumamos que los bancos, apapachados por la intervención del gobierno, pueden conceder cualquier préstamo sin considerar la verdadera capacidad de pago del solicitante, imagina lo frágil en lo que se ha convertido nuestro sistema financiero.
Además, si también le sumamos al individuo que se echa a cuestas una deuda que no tiene la capacidad de pagar, y que prefiere vivir en la deuda que ajustarse a su presupuesto. Todo esto es solo un ejemplo para que podamos reconocer que nuestro desarrollo financiero tiene que ver con bases morales.
Definitivamente estas bases morales sobre las que se ha fincado nuestro sistema financiero moderno, están lejos de ser buenas. Necesitamos otras bases morales que sean las correctas y que nos permitan reconstruir nuestro sistema financiero sobre una base firme y no tambaleante.
Esta base moral que nos puede proporcionar firmeza financiera, la podemos extraer del documento bíblico, aunque muchos llegan a considerar que la Biblia solo habla de asuntos espirituales, o que solo es para gente que le falta paz, o gente que no es feliz y busca esa felicidad, aunque todo esto es verdad excepto que es un libro de religión. En realidad es un documento que tiene vida y está dando vida a las personas que entienden y aceptan sus preceptos.
Este documento tiene conceptos impresionantes de economía en cada uno de sus capítulos, habla de cómo podemos ser buenos administradores de nuestra vida, del hogar, de la sociedad y de todas las instituciones sociales, incluye también cómo saber comprar, vender, adquirir, invertir y el sistema bancario, la Biblia tiene mucho qué decir al respecto. De esto me gustaría hablar en una segunda parte. Gracias por tu interés y tu tiempo.
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Artículo escrito por: Alejandra Pimentel Sánchez. Licenciada en Ciencias de la Familia.