Con mucha frecuencia hablamos de violencia en Guanajuato. Y lo peor, con demasiada frecuencia se habla de violencia en Guanajuato fuera del estado. No es verdad que los turistas que vienen al estado corren los riesgos de las víctimas de homicidios. Los visitantes pueden estar tranquilos porque en Guanajuato no hay agresiones indiscriminadas.
Por otra parte, no podemos cerrar los ojos a la problemática de violencia en la que vivimos y por ello es necesario poner manos a la obra, todos.
La senadora Alejandra Reynoso, una de las precandidatas a la gubernatura que recientemente “destapó” el presidente nacional del Partido Acción Nacional, Marko Cortés, presentó esta semana en Irapuato una iniciativa de carácter estatal que se llama “Embajadas de Paz”.
Se trata de que la sociedad organizada, ya sea en empresas, organizaciones civiles o académicas e incluso medios de comunicación, adquieran un compromiso para volverse agentes que promuevan un entorno libre de violencia. ¿En dónde? En el trabajo, en el espacio público, en el transporte público pero también en todos y cada uno de los hogares de Guanajuato. Si no hay un entorno de paz ahí, es imposible lograrlo en la calle.
PAZ POSITIVA
Según la página embajadasdepaz.mx, lo que busca esta iniciativa es crear una paz positiva, es decir: “actitudes, instituciones y estructuras que crean y sostienen sociedades pacíficas”.
Es decir, tenemos que aprender a calmarnos. A no reaccionar agresivamente en un entorno de polarización en el que vivimos. Si el inquilino de Palacio Nacional todos los días busca provocar su ira, en lugar de responder de la misma forma, rompa el espiral de la violencia.
Pero lo mismo ocurre en la calle o en el trabajo. Por otra parte, según la metodología del Institute for Economics and Peace, la paz positiva se sostiene en ocho pilares: bajos niveles de corrupción, gobiernos que funcionen, la distribución equitativa de los recursos, un entorno empresarial sólido, la aceptación de los derechos de los demás, buenas relaciones con los vecinos, flujo libre de información y altos niveles de capital humano.
Hay aspectos que los ciudadanos podemos exigir, como buenos gobiernos o que no exista corrupción pero otros en los que tenemos una participación activa para crear actitudes e instituciones (como la familia) que sostengan la paz.
Conocer a nuestros vecinos y formar comunidad con ellos. Eso que parece tan elemental, es la semilla de cuidarse mutuamente y dejar de vivir sin ocuparse de nuestro entorno más cercano.
Aceptar, por ejemplo, que todas las personas que conviven en una familia tienen derechos. La infancia los tiene. ¿Cuántas veces nos ocupamos de tomar la opinión de los menores o de no vulnerar derechos tan fundamentales como el derecho a no ser discriminado o al descanso y el esparcimiento o el derecho de participación? ¿O cuántas veces vulneramos los derechos de las mujeres por serlo o de los adultos mayores?
ACCIONES DE PAZ
¿Cuáles son las “acciones de paz”? Pues todas las que signifiquen la solidaridad y la ayuda de un grupo sobre otro y darnos bienestar formando comunidad.
Un ejemplo. Orgullosamente, el Torneo de Futbol de los Soles, organizado desde hace 41 años por esta casa editorial, disputó en la primera etapa 134 partidos, con una asistencia estimada de 700 aficionados por juego. En promedio, significó una asistencia de unas 94 mil personas.
En “liguilla” se disputaron 28 juegos y en promedio asistieron 2500 aficionados por juego. Casi 70 mil aficionados. Con los 12 mil asistentes a la final, estamos hablando de más de 175 mil personas que asistieron a un estadio de manera presencial a ver un partido de fútbol.
Esas, como muchísimas otras, muchas de ellas a mucho menor escala, son acciones de paz, porque son minutos, horas, días, semanas, meses invertidos en actividades que, justamente aumentan el capital humano, como lo es el deporte.
Todos podemos poner nuestro granito de arena empezando por nuestro hogar. Todo es cosa de decidirse y actuar.