El pasado 17 de noviembre la estrella de pop Taylor Swift criticó a la red Ticketmaster por la venta fallida de boletos para su próxima gira y dijo que era “insoportable” que miles de sus fanáticos habían tenido problemas para comprarlos.
Las entradas para la “The Eras Tour” de la cantante debían salir a la venta ese día. Pero después de varias fallas y largas esperas para aquellos que intentaban comprar boletos anticipados en preventa, la venta pública se canceló abruptamente un día antes.
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“Es realmente difícil para mí confiar en una entidad externa con estas relaciones y lealtades, y es insoportable para mí ver cómo ocurren los errores sin ningún recurso”, escribió la cantante en su cuenta de Instagram.
Sin nombrar directamente a Ticketmaster, Swift dijo que ella y su equipo les habían preguntado varias veces si podían manejar este tipo de demanda y que les aseguraron que podían.
“Es realmente asombroso que 2.4 millones de personas consiguieran entradas, pero realmente me molesta que muchos de ellos sientan que vivieron una pesadilla para conseguirlas”.
Ticketmaster, fuerza dominante en la industria de distribución de boletos, culpó a “las demandas extraordinariamente altas de los sistemas de emisión de boletos y al insuficiente inventario restante de boletos” por la cancelación de la venta al público.
La empresa citó una “cantidad asombrosa de ataques de bots” junto con fanáticos sin códigos de preventa que intentaban comprar boletos anticipados, lo que significa que su sitio experimentó 3 mil 500 millones de solicitudes del sistema, dijeron, cuatro veces el pico anterior de la compañía.
“Es realmente difícil para mí confiar en una entidad externa con estas relaciones y lealtades; es insoportable ver cómo ocurren los errores”Taylor Swift
Piden una investigación
Asociaciones antimonopolio y de protección del consumidor pidieron una investigación sobre este grupo, denunciando que se le permite “aumentar los precios, imponer tarifas innecesarias y costosas, así como explotar a los artistas, las salas independientes y a los fans”.
Los precios de los conciertos de la leyenda del rock Bruce Springsteen, algunos de los cuales ascendieron a miles de dólares, ya habían causado protestas a principios de este mismo año.
El viernes, The New York Times informó, citando fuentes anónimas vinculadas con el caso, que el Departamento de Justicia había abierto una investigación antimonopolio sobre Live Nation Entertainment, como resultado de la fusión entre Ticketmaster y Live Nation.
Con respecto a la gira de Taylor Swift, Ticketmaster dijo que vendió dos millones de boletos el martes durante la preventa, un récord para un artista en un día.
Senadora cuestiona a la compañía
En una carta dirigida a la empresa matriz de Ticketmaster, Live Nation Entertainment Inc. LYV.N, la senadora estadounidense Amy Klobuchar expresó su “grave preocupación por el estado de la competencia en el sector de la venta de entradas y su impacto perjudicial en los consumidores”.
“El poder de Ticketmaster en el mercado primario de entradas le aísla de las presiones competitivas que normalmente empujan a las empresas a innovar y mejorar sus servicios”, dijo Klobuchar, que preside un subcomité del Senado sobre cuestiones antimonopolio.
“Eso puede dar lugar a los tipos de fallos de servicio dramáticos que vimos esta semana, en los que los consumidores son los que pagan el precio”, subrayó.
Asociaciones antimonopolio y de protección del consumidor pidieron una investigación sobre este grupo, denunciando que se le permite “aumentar los precios, imponer tarifas innecesarias y costosas, así como explotar a los artistas, las salas independientes y a los fans”.
En su carta, Klobuchar pidió al director ejecutivo de Live Nation, Michael Rapino, que responda a varias preguntas, entre ellas cuánto había gastado la empresa en actualizar la tecnología para hacer frente a los aumentos de la demanda, y qué porcentaje de las entradas de la esperada gira se habían reservado para la preventa.
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Ticketmaster no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios sobre la carta de Klobuchar.
Live Nation y Ticketmaster se fusionaron en 2010 en un acuerdo aprobado por el Departamento de Justicia norteamericano. El gobierno de ese país puede impugnar una fusión completada, pero rara vez lo hace. Klobuchar, en su carta, dijo que mostró su escepticismo con la fusión en su momento.
Ticketmaster lleva décadas causando irritación a artistas y aficionados. A mediados de los años 90, el grupo grunge Pearl Jam decidió hacer una gira sin utilizar los servicios de Ticketmaster, pero lo encontró demasiado difícil de manejar y volvió al servicio después de 14 meses.